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jueves, 17 de enero de 2013

Helado hasta los huesos

Hoy jueves ambiental, hablaremos de uno de los biomas menos conocido: La tundra

La tundra tiene una distribución circumpolar en el Hemisferio Norte y en el Hemisferio Sur se encuentra en la Península Antártica e islas adyacentes. Las temperaturas medias oscilan entre -15ºC y 5ºC y las precipitaciones son escasas: unos 300 mm al año. En el ecosistema de tundra los factores limitantes son la temperatura y la escasez de agua. 
La tundra ártica, en el hemisferio Norte, es la más extensa (unos 20 000 km2) y forma un cinturón que cruza América y Eurasia, inmediatamente al sur del casquete de hielos del Ártico entre las nieves perpetuas y los bosques de coníferas.
En las pocas semanas de deshielo superficial se forman charcas y todo tipo de humedales ya que la capa inferior del suelo al permanecer helada es impermeable e impide que el agua percole. Estas zonas pantanosas son ideales para el desarrollo de los insectos y en verano recubren la tundra gigantescas nubes de mosquitos.

Clima. 
Veranos frescos e inviernos muy fríos caracterizan la zona de la tundra. Áreas de baja precipitación, que deberían ser como desiertos, permanecen húmedas debido a que la evapotranspiración es baja (debido a las bajas temperaturas) y el suelo congelado retiene agua. Con frecuencia, los vientos son severos. La longitud del día varía con la estación: luz en todo el día durante el verano mientras que en invierno solamente hay oscuridad.

Flora
Este es un hábitat básicamente de dos dimensiones, con arbustos de hasta varios metros en la región sur pero que se hacen cada vez más y más pequeños a medida que se va hacia el norte; al final, la vegetación está aplastada sobre el suelo musgos y líquenes. En el norte no hay vegetación debido a mayores extremos climáticos. En un mismo lugar, las áreas bajas puede ser muy húmedas mientras que los cerros pueden ser muy secos. Entre la flora, pobre en especies (unas 400 especies de plantas con flores), destacan los arbustos leñosos de bajo porte como sauces (Salix), abedules (Betula) y enebros enanos (Juniperus), las matas pequeñas y compactas de ericaceas (Vaccinium, Loiseluria,..), las herbáceas como las gramíneas, juncos, ciperaceas (Eriophorum y Carex) y otras hierbas perennes pero, sobre todo, abundan los musgos y los líquenes. Algunas plantas son tan bajas y están tan apretadas que merecen el nombre de "plantas cojines". Las flores, por lo menos de algunas especies, se proyecta bien por encima de esta alfombra para ser notadas por los polinizadores. Algunas flores tienen forma de parábola para reflejar la luz solar hacia el centro donde los insectos (polinizadores o no) puedan descansar y aumentar su temperatura. Algunas flores son heliotrópicas, enfrentando el sol a medida que este se mueve y así aumentan la temperatura. En este hábitat abierto y ventoso, la mayoría de las semillas son dispersadas por el viento. También hay muchas adaptaciones a suelos pobres: las leguminosas tienen nódulos radiculares con bacterias que transforman el nitrógeno atmosférico en nitratos que pueden ser usados por las plantas

Fauna. 

La diversidad vegetal y animal disminuye hacia el norte hasta la zona polar, que es una zona esencialmente sin vida.  Los únicos mamíferos presentes son aquellos que son activos durante el invierno, sea encima o debajo de la cubierta de nieve. El suelo congelado impide cavar profundamente y, por lo tanto, la hibernación; también las temperaturas son tan bajas que no permitiría que los animales hibernantes mantengan temperaturas corporales adecuadas para sostener el metabolismo durante todo el invierno (la ardilla terrestre ártica es una excepción notable). 
Las aves árticas son principalmente aquellas que tienen alas largas y que vuelan rápidamente, como las aves acuáticas y las costeras, que son capaces de hacer unos viajes migratorios largos y efectivamente utilizar la alta productividad de este ambiente durante el verano y escapar de su rudeza invernal. Algunas mamíferos y aves toman, como camuflaje, el color blanco durante invierno y el marrón en el verano. El buey almizclero y el caribú son los herbívoros más grandes de la tundra. El caribú viaja de una lado a otro en dirección de los bosques más cálidos de la tundra. Durante el verano le crecen cuernos suaves que le ayudan a liberar calor. Hacia finales del verano, estos cuernos se hacen sólidos y los emplean para pelear. Y finalmente, a mediados del invierno, los cuernos se les caen.También hay pequeños herbívoros en la tundra: los conejos de Noruega son importantes para el ecosistema de la tundra. Hay muchos otros herbívoros los renos y otras especies de cabras, liebres y puercoespines en búqueda de alimento.
En cuanto a los carnívoros: hay diferentes especies de osos en la tundra. Los osos polares son la especie qye es completamente carnívora. Los lobos viajan en pequeñas familias. Los zorros árticos comen todo tipo de carnes, incluyendo conejos de Noruega y aves. Sus grueso pelaje y grasa corporal les ayuda a sobrevivir en la tundra. Los glotones son pequeños, pero pueden atacar presas mucho mayores que ellos. Algunas aves que viven en la tundra Ártica son también carnívoros, por ejemplo, el búho nevado, caza y come pequeños roedores.

Amenazas
Nosotros podemos decir que es uno de los biomas mas rudos del planeta sin embargo y al contrario de ésto, se trata de uno de los hábitats más sensibles. La amenaza más preocupante es el calentamiento global causado por los gases invernadero que podría eliminar las regiones polares árticas, incluidas las tundras que hay en ella, para siempre. 
Otra preocupación existente es la de que alrededor de un tercio del carbono secuestrado en el suelo se encuentra en el suelo congelado (permafrost) de la tundra. A medida que este suelo congelado se funde, su contenido orgánico comienza a descomponerse, liberando dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero. Así que sus principales amenazas radican en:
• El derretimiento del permahielo como resultado del calentamiento global podría cambiar de modo radical el paisaje y el tipo de especies que puedan vivir en él. 
• El agotamiento del ozono en los Polos Norte y Sur supone que pasen rayos ultravioleta más fuertes que dañarán la tundra.
• La contaminación del aire puede provocar niebla tóxica que contamine el liquen, fuente alimenticia significativa para muchos animales.
• La explotación del petróleo, gas y minerales, así como la construcción de oleoductos y carreteras puede dar lugar a contrariedades físicas y la fragmentación del hábitat.
• Los vertidos de petróleo pueden acabar con la fauna y la flora y dañar de forma considerable los ecosistemas de tundra.
• Los edificios y las carreteras causan el derretimiento del permahielo, al generar calor y aumentar la presión sobre éste.
• Las especies invasivas apartan a la vegetación nativa y reducen la diversidad de la capa vegetal.

En nuestras manos está el salvar a nuestro planeta de la destrucción inminente.

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