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lunes, 4 de febrero de 2013

Raptada 2

Nos habíamos quedado en que no supimos que pasó con aquellas ninfas que no pudieron hacer nada por salvar a la infortunada Perséfone. Como dije antes, Démeter convirtió su cuerpo en el de un ave aunque sus cabezas siguieron siendo humanas. Las ninfas emprendieron el vuelo en búsqueda de su diosa, y durante su viaje comenzaron a llamarla con cantos armoniosos durante todo un año, poco tiempo después fueron llamadas sirenas, hasta que la propia Démeter había encontrado a su hija.


Fue entonces que las ninfas volaron por la fuente donde las musas cantaban y bailaban, así que las ninfas muy orgullosas de sus melodiosas voces, cometieron la insolencia de proclamarse aun mejores que las musas y las retaron a un duelo de canto. Todos los dioses marinos, nereidas, los dioses de los vientos, e incluso Helios quien detuvo su carruaje, se acercaron a presenciar tan magno evento.

Efectivamente, las ninfas tenían una voz extraordinariamente hermosa, pero eran simples mortales sin la chispa divina de las musas, y por mucho éstas diosas eran superiores. Quedando a merced de sus rivales, las sirenas fueron despojadas cruelmente de sus plumas y no pudieron volar mas. A nado, tuvieron que llegar a un peñasco cerca de la isla de Sorrento, pero por lo que habían pasado, amargaron su carácter y odiaron fervientemente a la raza humana y a los dioses en general, desde aquel momento comenzaron a comer carne humana.

Con sus cantos llenos de armonía y promesas atraían a los marineros hacia el peñasco donde estaban, pero una vez cerca, las sirenas se mostraban tal cual eran y los devoraban. Poco tiempo después el peñasco donde cantaban estaba lleno de huesos humanos, mientras con sus cantos volvían a atraer a los incautos marineros haciendo que sus naves se estrellasen contra las rocas o se despedazasen en los escollos. Todo aquel que oía sus voces olvidaba cualquier pensamiento y se arrojaba al mar para seguirlas.

Hubo solo dos marineros y su tripulación que salieron ilesos y pudieron escuchar el canto de las sirenas al mismo tiempo:

  • Odiseo/Ulises: que se encadenó a sí mismo para oírlas e hizo que sus hombres se pusieran cera en los oídos para evitar que las escucharan.
  • Orfeo: que acallo sus cantos con su maravillosa lira, cuando estaba en compañía de los Argonautas.
Como ves las sirenas, son muy diferentes a las nereidas (las ninfas del mar con mitad cuerpo de pez), las nereidas también tienen una voz extraordinaria pero usualmente prestan su ayuda a los humanos. Las sirenas son seres monstruosos y maléficos que comen carne humana.

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