Cortesana de los dioses

Este día en la antigua Babilonia, estaba dedicado a la adoración de la diosa Ishtar. También conocida como Señora del firmamento, era la diosa del amor y la guerra; representada por el planeta Venus como la estrella de la mañana y sus dos facetas. Es una de las diosas de la ancestral Mesopotamia, junto con las otras grandes diosas que eran: entre los fenicios Ashtoreth o Astarté, Anat, la Innana de Sumeria, la Cíbeles Frigia y la griega Afrodita.

Como diosa del amor y sexo, Ishtar es la fuerza que mantiene las cosas unidas y proporciona la fertilidad tanto para los hombres como para los animales. Es la diosa de las cortesanas y por ende, la prostitución era considerada su culto sagrado. Ella misma es conocida por tener muchos amantes como la cortesana de los dioses.

Como diosa de la guerra, Ishtar toma parte en las batallas y se muestra sentada en el lomo de un león con flecha y arco en mano. Se decía que tenía un fuerte temperamento por el cual usualmente despreciaba a sus amantes.

Uno de sus amantes, fue el gran dios Tammuz, quien murió joven (simboliza el grano que es cortado justo en su momento de esplendor) y se presume que Ishtar tomó su mano en la muerte. Sin embargo, Ishtar descendió al inframundo: en cada una de las siete cámaras del lugar de la Muerte, para poder pasar en cada una, debía dejar una prenda suya de tal manera que al llegar donde reinaba su hermana y emperatriz Ereshkigal, llegó desnuda. Ereshkigal la mantuvo prisionera hasta que su padre el dios de la luna: Anu, envió a un sirviente Papsukal armado para que la rescatara y usando su mágico poder, la resucitó. Ishtar ascendió de las tinieblas.

Además, durante seis meses al año, Tammuz deberá vivir en el mundo de los muertos. Mientras está allí, Ishtar ha de lamentar su ausencia; en primavera, vuelve a salir. El descenso de Ishtar era celebrado el segundo día del año en Babilonia.

Ishtar es la representación del coraje y la determinación, del renacimiento y la muerte que lo precede, la que les recordaba que hay una luz después de la oscura jornada.