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lunes, 14 de enero de 2013

Parsifal

El 13 de enero de 1882, Richard Wagner uno de los mejores músicos en estilo clásico, firma la partitura concluida de la que sería su última ópera, Parsifal. 



Es posible que para crear a Parsifal, Richard Wagner se basara en Wolfram von Eschenbach, que era uno de sus poetas favoritos. 

En cuanto a la música, se afirma que Parsifal representa la música más transfigurada de Wagner. En Parsifal, la corriente sinfónica parece experimentar una continuidad y un desarrollo casi desconocidos antes; también aquí se encuentran muchos temas que permiten al espectador explicarse las relaciones e intuir las cosas que no están expresadas en el texto. Además, en Parsifal los motivos no son tan breves y concentrados como en las obras anteriores, más bien se inclinan hacia un desarrollo melódico, en el que disminuye su valor de contraseña y con ello favorece desarrollos más extensos. Algunas de las partes vocales de esta obra están entre las más difíciles del repertorio: a este respecto hay que mencionar sobre todo a Kundry la bruja (soprano o mezzosoprano), de quien se exigen cosas inauditas tanto en el aspecto dramático y musical como en el vocal. Gurnemanz debería estar, sólo a causa de su extensión, entre los papeles de bajo más exigentes; Amfortas entre las partes de barítono de expresión más fuerte. En cambio, y ello es algo que sorprenderá a más de uno, el papel titular es uno de los más breves que se conocen: si Parsifal (tenor) cantara todas sus intervenciones sin interrupción, la duración de su parte sería inferior a un cuarto de hora. Pero eso no significa de ninguna manera que sea «fácil». Una de las cosas más difíciles es representar a un elegido, un iluminado, un profeta o un salvador, pues en su canto no debería haber defectos.

Según el testamento de Wagner, Parsifal debía quedar reservado exclusivamente al teatro de Bayreuth. Pero la ley es más fuerte que la voluntad del hombre, aunque se trate de su última voluntad, ya que sólo es válida durante un período de tiempo. Puesto que la protección garantizada por la ley abarcaba entonces sólo treinta años (y la ley en cuestión sólo tenía vigencia en una pequeña parte del mundo), Parsifal quedó «liberado» en 1913, treinta años después de la muerte de Wagner. A causa de una curiosidad de las legislaciones, el plazo no expiró en todas partes al mismo tiempo: en unos países terminó al cumplirse el trigésimo aniversario de la muerte de Wagner (el 13 de febrero de 1913), en otros al terminar el año 1913. 

ACTO I:
En un bosque cerca del castillo de Monsalvat, el hogar de los Caballeros del Grial, Gurnemanz, uno de los Caballeros del Grial, despierta a sus jóvenes caballeros y los lleva a orar. Él nota el acercamiento de Amfortas, y este le pide a al caballero líder noticias sobre la salud del Rey. El caballero le dice que el Rey sufrió durante la noche y se va temprano para su baño. Amfortas le pide a Gurnemanz que le explique como se pueden curar las lesiones del Rey, pero antes de que pueda hacerlo, una mujer salvaje, Kundry, aparece. Ella le ofrece una cura para el dolor del Rey que trajo de Arabia y luego se derrumba, agotada. Luego, recibe la poción de Kundry, y trata de darle las gracias, pero ella responde, incoherentemente, que las gracias no lo ayudarán. El Rey se va, y los aprendices cuestionan a Kundry recelosamente. Gurnemanz les dice a ellos que Kundry ayuda con frecuencia a los Caballeros de Grial, pero que aparece y desaparece cuando quiere. Cuando le pregunta a ella porque no se queda a ayudar, ella responde que nunca ayuda. Los aprendices piensan que es una bruja y dicen que si ella es tan útil, ¿por qué no encuentra a la lanza santa por ellos? Gurnemanz dice que ese está destinado a ser el trabajo de otro. Él les dice que Amfortas fue el guardián de la lanza, pero que la perdió cuando fue seducido por una atractiva mujer en el dominio de Klingsor. 

ACTO II
El segundo acto comienza en el castillo de Klingsor, en donde Klingsor pide a su sirviente que destruya al niño que se extravió en su dominio. Él la llama: HellRose, Herodias, Gunddrigga y, por último, Kundry, transformada aquí en la temible y hermosa mujer que sedujo a Amfortas. Ella se despierta de su sueño y se resiste inicialmente a Klingsor, burlándose de el, pero pronto cae en su hechizo. Klingsor llama a los caballeros de su dominio para que ataquen al niño, pero sólo puede ver que están muertos. El niño se encuentra en un jardín rodeado de hermosas y seductoras flores-doncellas. Lo llaman y se entrelazan a su alrededor, felicitándolo por matar a sus amantes y por resistirse a sus encantos. Ellas se pelean entre sí para ganar su amor, pero se quedan sorprendidas cuando una voz llama al muchacho por su nombre: Parsifal. Parsifal de pronto recuerda que este es el nombre que su madre utilizaba cuando estaba en sus sueños. Klingsor aparece y le tira la lanza a Parsifal, pero el niño santo la captura y destruye a Klingsor y a su Reino, haciendo el signo de la Cruz con la lanza. 

ACTO III
El tercer acto se desarrolla de nuevo en el Reino de Grial, unos años más tarde. Gurnemanz, ahora anciano y jorobado, oye un llanto y descubre a Kundry inconsciente. La revive, utilizando el agua de la Santa Primavera, pero ella sólo dice la palabra "servir". Gurnemanz se pregunta si hay algún significado de que ella haya aparecido en este día especial. Luego, se da cuenta de que una figura vestida con una armadura completa se acerca. Por último se quita su casco y Guremanz reconoce al chico que le disparó a Kundry, y luego se da cuenta que la lanza que lleva es la Lanza Santa. Él le cuenta su viaje, deambulando durante años incapaz de encontrar el camino de vuelta a Grial. Gurnemanz le dice que hoy es el día de los ritos funerarios de Titurel, y que Parsifal tiene que cumplir un gran deber. Kundry le lava los pies a Parsifal y Gurnemanz lo rocia con agua de la Santa Primavera, reconociéndolo como un santo puro, ahora iluminado por la compasión, y como el nuevo Rey de los Caballeros de Grial. Los Caballeros de Grial le dicen a Amfortas con enojo que abra el Grial de nuevo para ellos, pero Amfortas les dice que nunca va a abrir el Grial y invita a los caballeros a matarlo. En este momento, Parsifal llega y dice que sólo un arma puede realizar esta tarea: con la lanza cura la herida de Amfortas y lo perdona. Él le regresa la lanza al cuidador de los caballeros de Grail y una vez mas abre el Grial. 


2 comentarios:

  1. Cuál es el Aria de esta obra?

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  2. Ninguna como tal, Wagner en sus conocidas "obras maduras": Tristan und Isolde, Die Meistersinger von Nürnberg, Der Ring des Nibelungen y Parsifal, abolió lo que se conocía como aria y recitativo para en vez de ello, mencionar una "melodía sin fin", rompiendo con los esquemas de ópera italiana.

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