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sábado, 12 de enero de 2013

Trabajosamente. Parte V



5. Limpiar en un día los sucios establos del rey Augias.

Augias era un rey de Élide, en el Peloponeso. Era hijo de Helios y Naupidame. Otros dicen que era hijo de Poseidón. En manadas y rebaños era el hombre mas rico ya que por designio divino, los suyos eran inmunes a todas las enfermedades y tan fértiles que jamás malparían. Aunque en casi todos los casos producían hembras, Augias contaba, no obstante, con trescientos toros negros con patas blancas y doscientos toros sementales rojos; ademas con doce magníficos toros plateados consagrados a su padre Helios. 

Pero en los establos y los rediles de Augias no habían recogido el estiércol desde hacia muchos años, y aunque el hedor no afectaba a los animales, difundía su pestilencia por todo el Peloponeso. Ademas, los prados estaban cubiertos por una capa  de estiércol tan espesa que no se los podía arar para cultivar. Euristeo se imaginaba alegremente el asco que sentiría Heracles al tener que cargar el estiércol en cestos y llevarlos lejos de allí en hombros. 

Heracles saludo a Augias desde lejos y se comprometió a limpiar los establos antes del anochecer, a cambio de la décima parte del ganado. Augias rió incredulamente y llamo a Fileo,  «Jura que realizaras el trabajo
antes del anochecer», exigió Fileo. El juramento que hizo Heracles en nombre de su padre fue el primero y el ultimo que hizo durante toda su vida. Augias juró también que cumpliría su parte del trato. 

Por consejo de Menedemo y con la ayuda de Yolao, Heracles primeramente abrió la pared de los establos en dos lugares y luego desvió los ríos vecinos Alfeo y Penco, o Menio, de modo que sus aguas corrieron a través de los establos, los limpiaron y luego limpiaron también los rediles y los pastos del valle. Así Heracles realizo este trabajo en un solo día, saneando el territorio y sin siquiera mancharse el dedo meñique. Pero Augias, al enterarse por Copreo de que Heracles había limpiado los establos por orden de Euristeo, se negó a pagarle la recompensa y hasta se atrevió a negar que Heracles había cerrado un trato.

Heracles sugirió que se sometiese el caso a un arbitraje, pero cuando los jueces ocuparon sus asientos y Fileo, citado por Heracles, dio testimonio de la verdad, Augias se levanto irritado y los expulso a ambos de Elide, pues los dioses fluviales, y no el, habían hecho el trabajo. Para empeorar las cosas, Euristeo no quiso contar este trabajo como uno de los doce. 

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