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domingo, 13 de enero de 2013

Trabajosamente. Parte VI

6. Las aves estinfalidas


El sexto trabajo de Heracles consistio en extirpar a las innumerables aves devoradoras de hombres que estaban consagradas a Ares: el pico, alas y garras de bronce,. Las aves asustadas por los lobos del Barranco de  los lobos en el camino de Orcomene, habían huido al Pantano de Estinfalo. Ahí procreaban y de vez en cuando remontaban el vuelo en grandes bandadas para matar a hombres y animales descargando una lluvia de plumas de bronce y al mismo tiempo un excremento venenoso que arruinaba las mieses.

Cuando llego al pantano, al que rodeaba un espeso bosque, Heracles se vio en la imposibilidad de ahuyentar a las aves con flechas, pues eran demasiado numerosas. Ademas, el pantano no parecía lo bastante solido para que un hombre pudiera caminar por el, ni lo bastante liquido para utilizar una embarcación  Mientras Heracles permanecía en la orilla sin saber que hacer Atenea le dio un par de címbalos de bronce hechos por Hefesto; o tal vez fuera una matraca. Desde una el monte Cilene, que domina el pantano, Heracles toco los címbalos, o sacudió la matraca, produciendo tal estrépito que las aves levantaron el vuelo formando una gran bandada y enloquecidas por el terror. Algunos dicen que Heracles iba con los argonautas en esa ocasión y mato a muchas mas de esas aves.

Según la tradición las aves estinfalidas eran del tamaño de las grullas y se parecen mucho a los ibis, solo que sus picos pueden atravesar un peto de metal y no son encorvados. También se crían en el desierto de Arabia y causan más daño que los leones y los traspasan. Los cazadores árabes han aprendido a llevar corazas protectoras de corteza trenzada, en las que se enredan los picos mortales, pudiendo ellos asir y retorcer los cuellos de sus atacantes. Es posible que una bandada de esas aves emigrara de Arabia al pantano de Estinfalo y este diera su nombre a toda la especie. Según algunas versiones, las llamadas Aves Estinfalidas eran mujeres: hijas de Estinfalo y Ornis

Éste trabajo lo glorifica como curador que expulsa a los demonios de la fiebre, identificados con las aves del pantano. Las aves con yelmo que aparecen en las monedas estinfalias son espátulas, primas de las grullas, que aparecen en tallas medievales inglesas chupando el aliento de enfermos. Son en realidad sirenas con
patas de ave, personificaciones de la fiebre; y los címbalos, o matracas, eran utilizados en la antigüedad (y todavía lo son en los pueblos primitivos) para ahuyentar a los demonios de la fiebre. Artemisa era la diosa que tenia el poder de infligir o curar la fiebre con sus «flechas misericordiosas».

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