Buscar este blog

viernes, 1 de febrero de 2013

Misteriosos

Entre todos los misterios de las religiones antiguas, los que se celebraban en el pueblo de Eleusis, cerca de la ciudad de Atenas, eran los más espléndidos y los más populares. Eran también los más antiguos con más de mil ochocientos años antes de la era Cristiana. Estaban dedicados al culto de la diosa Demeter, el día 3 de febrero se hablará acerca del mito de Perséfone y Démeter con Hades, base para estos misterios, recordemos que los misterios eleusinos, son por los que Heracles tuvo que pasar antes de su último trabajo que era llevar al can cerbero ante el rey, en Trabajosamente Parte XIX

Estos misterios estaban divididos en dos clases, los inferiores y los superiores. 
Los misterios inferiores eran celebrados en las riberas del Ilissus, cuyas aguas suplían los medios de purificación de los aspirantes. Los misterios superiores eran celebrados en el Templo en Eleusis. Se requería el transcurso de un año, antes que al iniciado en los misterios inferiores pudiera concederse su admisión en los superiores.

En la ejecución de los misterios, se empleaban cuatro oficiales, a saber:

El Jerofante, o el que explicaba las cosas sagradas. Del mismo modo que el pontifico máximo en Roma, era el sacerdote supremo de Atica; precedía las ceremonias y explicaba la naturaleza de los misterios al iniciado.
El Dadouchus, o Portaantorcha que aparecía como el asistente inmediato del Jerofante.
El Hierocery o Heraldo Sagrado que tenía el cuidado general del Templo, el que custodiaba de la profanación de los no iniciados, y tenía a su cargo al aspirante durante las pruebas de iniciación.
El epibomus, o Servidor del Altar, que dirigía los sacrificios.


Las ceremonias de iniciación en los misterios inferiores eran del todo purificadores, y se destinaban para preparar al neófito en su recepción en los misterios superiores.  El candidato que deseaba pasar por esta iniciación entraba en el modesto Templo y ahí se le sometía a las abluciones requeridas, de purificación moral y simbólica. El Dadouchus colocaba enseguida sus pies sobre las pieles de las víctimas que habían sido inmoladas a Júpiter. 

En esta posición se le preguntaba si había comido pan, y si era inocente de toda culpa; y si sus respuestas eran satisfactorias, pasaba a las otras ceremonias simbólicas, cuya significación mística se le explicaba, habiendo previamente hecho el juramento de discreción necesario. El iniciado en los misterios inferiores se le llamaba el místico, título que se deriva de la voz Griega que denota cerrar los ojos, significaba que estaba aun ciego de las verdades superiores que estaban por revelarse de ahí en adelante.

Los misterios superiores duraban nueve días, y eran celebrados parcialmente en la llanura Thriasian, que circunda el Templo, y parte en el Templo mismo de Eleussis.  Fue incendiado al retirarse los Persas bajo el mando de Jerjes, pero inmediatamente fue reconstruido, y finalmente destruido con la ciudad por Alarico,  y los restos que se encuentran en la actualidad de Eleussis.

Las procesiones públicas en la llanura y en la vía sagrada que conduce de Atenas a Eleusis se celebraban en honor de Deméter y Perséfone. Estas procesiones se verificaban durante el día  pero la iniciación era nocturna, y se reservaban para las noches de los días sexto y séptimo.

El heraldo daba principio a las ceremonias de iniciación en los misterios superiores coreaba la proclama "retiraos, vosotros los profanos." El aspirante se revestía con la piel de un novillo. Enseguida se verificaba el juramento de la discreción, preguntándosele, "¿has comido pan?" cuya respuesta era, "he ayunado; he bebido la mezcla sagrada; la he obtenido de la caja, he hilado la lana; la he puesto dentro del cesto, y del cesto la he colocado en la caja." Por medio de esta contestación, el aspirante demostraba que había sido preparado debidamente para la iniciación en los misterios inferiores. El ademán de hilar la lana, en imitación de lo que Deméter hizo en el tiempo de su aflicción, se usaba también como el signo del reconocimiento.

El aspirante era revestido en seguida con la sagrada túnica, y esperaba en el vestíbulo que se abriesen las puertas del santuario. Las calificaciones para la iniciación consistían en la madurez de edad y pureza de vida. Al principio, también, el derecho de admisión era restringido a los nativos de Grecia; pero aun en la época de Herodoto, los ciudadanos de todos los países se consideraban elegibles. Así es que al extenderse estos misterios más allá de los limites de la Grecia, y en los días del imperio fueron introducidos en Roma, donde llegaron a ser extensamente populares.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario